VALENTÍA
“Valentía no es tener la fuerza para seguir, es seguir cuando no tienes fuerzas”
Theodore Roosevelt
Frecuentemente asociada al coraje, la fuerza interior o la voluntad, está la valentía que es la que nos da una mano cuando se trata de superar los momentos de oscuridad para volver a sentir bienestar en el corazón. Esto es estar en el sitio correcto y en el momento preciso para interpretar las señales de manera adecuada sin ser temerarios, sino más bien, mirando de frente nuestros temores, para darnos cuenta de que esta cualidad es prácticamente una condición innata que esperaba ser puesta a prueba.
La valentía elimina falsas percepciones, nos permite salir en búsqueda del destino, observar nuestros pensamientos y hábitos para modificar conductas, cambiar rutinas y conectarnos con nosotros mismos. Realizar nuevos aprendizajes, tener visión de futuro y liberar anclajes del pasado para generar alegría e inspiración. Dejar atrás el enojo, excavar memorias para construir sobre lo evocado, asumir solo lo que nos corresponde y pintar nuestro entorno con ilusión y esperanza. Eliminar la resistencia, la culpa o el sufrimiento, para encontrar nuevos caminos repletos de pasión, que potencien intenciones generosas. Pasar de planear a actuar desde la conciencia para volver a ser merecedores y dejar que salga “el nuevo Yo”. Enfrentar lo desconocido con decisión y tomar riesgos para hacer coincidir nuestros pensamientos con las más grandes experiencias.
Es de mucho valor asumir las lecciones de cada día, refinar la personalidad y empoderarnos. Tener propósitos claros, saber renunciar a la dependencia y ser inquebrantables ante la tentación. Traspasar fronteras con la audacia suficiente como para sortear los desafíos desde la nobleza. Levantarnos y sentirnos arquitectos de lo que ha de venir, aunque por momentos nos parezca inalcanzable. Atrevernos a buscar en las profundidades con firmeza, a pesar de que es posible que las verdades no nos favorezcan.
En la valentía está la posibilidad de recorrer los senderos de la transformación, dejando huellas que lleven a otros a resolver sus cuestionamientos. Así mismo, el verdadero guerrero se identifica con la humildad, porque es consciente de las muchas batallas por venir y encuentra en su vulnerabilidad el reconocimiento a su grandeza. Por eso es inmune a la crítica o al rechazo y prefiere buscar su propia aprobación, porque sabe que el rigor y la flexibilidad se complementan.
Seamos valientes y volvamos a alzar la voz para convertir la valentía en una forma de vida…
Alejandro Posada Beuth