¿Cuáles serían los aspectos más importantes para gozar de una buena salud?
Primero, contar con uno mismo. Es la contabilidad de la vida. Te reconoces, te amas, te aprecias, te cuidas, prestas atención, escuchas tu cuerpo.
¿Qué estás haciendo con tus ritmos?, ¿Cómo estás durmiendo?, ¿Te estás respetando?
La salud es euritmia, resonancia armónica entre los distintos ritmos que componen tu sistema. Cuando hay euritmia hay orden interior. Cuando no hay orden en el interior se manifiesta esa disritmia, esa pérdida del ritmo que nosotros llamamos enfermedad.
Tú eres una bella sinfonía y esa bella sinfonía está hecha de distintos instrumentos. Instrumentos físicos como los sistemas orgánicos: el riñón, el hígado, el bazo, o el corazón, entre otros. Instrumentos emocionales, porque vives en un campo emocional. Instrumentos mentales, porque tu campo mental es una prodigiosa antena para comunicarte con el Universo.
Parte de tu salud es que ordenes tu lugar, adentro y afuera, que ordenes tus ritmos. Respeta las estaciones de la vida y restaura tu ritmo. Reconoce tu ritmo, respeta tu ritmo, ni más rápido ni más lento.
Esos ritmos tienen que ver primero con el ritmo circadiano, que es el ritmo más importante. Respeta el ritmo circadiano, el ritmo de luz y de oscuridad. Buena parte de las enfermedades emergentes se deben a que invadimos el territorio de la noche. Nos llenamos de radiaciones electromagnéticas externas, dañamos nuestros biorritmos, nuestra glándula pineal, nuestra epífisis, nuestro hipotálamo, nuestras glándulas endocrinas y obviamente nos enfermamos. Así que es importantísimo restaurar esa ritmicidad cíclica en relación con el día y con la noche.
Restaurar la ritmicidad cíclica en relación con los alimentos es muy importante. Más importante que lo que comes o lo que dejas de comer es el ritmo. El ritmo hace parte también de tu salud y de tu dieta. Las grandes tradiciones de sabiduría dicen que hay tiempos para ayunar, que hay tiempos de cuaresma, que hay tiempos en que uno se abstiene de las carnes de origen animal, que hay tiempos en los que uno va espaciando más los alimentos, que hay tiempos de reposo, que hay días de descanso. Es muy importante que en el seno de tu movimiento rítmico, haya pausas, que son la clave del ritmo.
Comes lo que comes por lo que eres. Si sientes lo que eres y realmente te aprecias, vas a cuidar tu cuerpo y vas a cuidar tu dieta.
Primera recomendación: Ayuno intermitente
Dejar 12 horas espaciadas sin ingesta desde la última comida del día, es decir la cena. Automáticamente el organismo cambia el chip, y en vez de estar en modo de absorción se pone en modo de detoxificación, reconstrucción o de regeneración. Esto sería básico porque aunque tengas muchas toxinas durante el día, durante la noche vas a tener la oportunidad de mover todos los mecanismos de desintoxicación. En los períodos de ayuno podemos beber agua e infusiones, manteniendo una buena hidratación.
Segunda recomendación: Invertir el ciclo
En primer lugar hacer un desayuno muy bueno, un almuerzo moderado y una cena muy leve.
Cuando realizamos una cena muy pesada y nos vamos a reposar, se producen calorías y electrones en exceso generándose radicales libres,lo que va a ser nocivo para el organismo. Deberíamos aplicar ese maravilloso viejo principio que a mí me encanta: desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo.
Trata de comer en un pequeño lapso dentro del día. Puedes comer durante 10 horas al día, dejando que el resto del tiempo el organismo entre en régimen de desintoxicación (no en régimen de reconstrucción).
Tercera recomendación: Beneficios de una dieta antiinflamatoria
1º Eliminar el azúcar
Hay dietas que por sus características aumentan la insulina. Si aumenta la insulina lo que ocurre a la larga es que hay resistencia a la insulina. Cuando hay resistencia a la insulina aparece la obesidad, generándose procesos inflamatorios. Se vuelve un círculo vicioso. Así que tenemos unas medidas muy sencillas: eliminar el azúcar, incluida la fructosa. El exceso de frutas libera mucha insulina, generando arteriosclerosis, enfermedades inflamatorias, enfermedades degenerativas, favoreciendo la inflamación.
Para ello recomiendo una dieta antiinflamatoria. ¿Qué es una dieta antiinflamatoria? Una dieta donde se eliminen al máximo los azúcares refinados, la fructosa y todos los carbohidratos refinados, como es el pan. Hay libros fantásticos como el “Cerebro de pan”, que nos explica cómo en el trigo no sólo está el gluten (que va a ser perjudicial para los celíacos), sino que el gluten puede ser neurotóxico. Y neurotóxico significa que nos va a generar neuropatías o síndromes atáxicos, problemas cerebelosos. Mi recomendación en este momento es que se evite al máximo el pan, el pan refinado especialmente, que es muy nocivo, y en general todo lo que tenga gluten.
2º Reducir el consumo de carnes rojas
Ya lo dijo la OMS (Organización Mundial de la Salud), las carnes rojas incrementan los genes que codifican para factores de crecimiento que favorecen el cáncer. Especialmente cuando son procesadas, hay una sobre cocción o se fríen. Estamos desnaturalizando las proteínas, estamos aumentando su toxicidad. Los embutidos producen nitrosaminas. Esas nitrosaminas, cuando son de origen animal, son tóxicas. Cuando las nitrosaminas provienen de los vegetales, no son tóxicas. Las proteínas de origen vegetal son maravillosas. Las proteínas que vienen del pescado son muy buenas, a menos que sea un pescado contaminado con mercurio.
3º Inclusión de ácidos grasos como el omega 3
Los ácidos grasos como el omega 3 van a aportar DHA y EPA, que son ácidos grasos esenciales de muy buena calidad, en lugar de ácidos grasos trans que son supremamente tóxicos. El aceite de oliva, el aceite de coco, el aguacate, aportan una fuente de calorías que es muy sana, permitiendo una combustión que no va a generar inflamación o contaminación a nivel del organismo.
El alimento nos pone en contacto con el prana, con la energía solar y con la energía telúrica, la energía planetaria. La primera norma de una buena salud es que cuides tu cuerpo con una alimentación consciente.
Dr. Jorge Carvajal
