Nutrirse es ordenarse químicamente y fisiológicamente, además de emocional y mentalmente.
Las fuentes de energía para nuestras baterías orgánicas son componentes diversos de una energía universal conocida como prana.
Este prana se transforma en diversas modalidades de nuestra energía vital. Podemos considerar dos tipos básicos de energía: solar y telúrica. De sus combinaciones surgen las variantes de prana que determinan la energía de los alimentos y de los seres vivos que los consumen.
Prana Solar
Nos nutrimos del espectro solar que interactúa con nuestro biocampo a través de la piel, la melanina, la retina, la epífisis y la melatonina. La energía lumínica, convertida en flujo de electrones activados, impacta profundamente en nuestro metabolismo y estados anímicos.
Prana Telúrico
El sol nutre la tierra con su energía, y la combinación de estas dos energías se encuentra en proporciones variadas en el prana de los alimentos.
La vitalidad de los alimentos se puede medir hoy en día mediante potentes fotomultiplicadores que analizan su patrón de emisión de fotones. No está lejano el día en que podamos evaluar la calidad de los alimentos por la calidad de su energía vital y diferenciar los alimentos madurados naturalmente de los desnaturalizados por una explotación intensiva.
Energía de los Alimentos
Los alimentos combinan prana solar y telúrico, generando una ubicación en el espectro tierra-sol que los chinos denominan yin-yang.
Las raíces tienen una energía más yin o telúrica; los tallos muestran un equilibrio entre ambas; y las hojas y flores contienen más prana solar o yang. En el reino animal, predomina la energía vegetal combinada, y en los animales carnívoros y omnívoros, se encuentra una mezcla más compleja de prana animal.
Podemos concebir una nutrición energética relacionada con el reino humano, donde los nutrientes físicos y sus tipos de prana son el sustrato de energías más sutiles, como pensamientos y sentimientos. A nivel humano, nos nutrimos también de la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Más allá de la composición química y la calidad de la energía de los alimentos, debemos considerar otros aspectos cruciales de la nutrición. Al igual que los alimentos, el agua, la luz, el aire, el sonido, las emociones y los pensamientos pueden ser nutrientes o venenos según su calidad.
Nos Nutrimos de la Energía de la Luz
Aunque no hacemos fotosíntesis, la luz que impacta en nuestro biocampo tiene profundos efectos sobre nuestra fisiología. Es crucial para la síntesis de vitamina D, el metabolismo del calcio, la melanina, la melatonina y algunos neurotransmisores. La luz detectada en la retina activa el hipotálamo, regulando nuestro metabolismo. La malnutrición lumínica es una enfermedad cada vez más común, incluso en el trópico, debido a estilos de vida alejados del espectro completo de la luz solar.
También nos nutrimos a través de alimentos cuya energía, en última instancia, carga las baterías orgánicas, siendo el ATP (adenosín trifosfato), molécula fundamental en la bioquímica celular conocida como la “moneda de energía” de las células, su expresión más universal.
Los pigmentos como carotenos, clorofila, hemoglobina, citocromos y cromóforos juegan un papel crucial en la asimilación de la luz. Estos pigmentos almacenan luz de diversas frecuencias, activando los electrones responsables de las reacciones químicas. Los fotopigmentos son componentes activos de enzimas, vitaminas y antioxidantes.
Una adecuada alimentación debe recolectar todas las vibraciones del espectro solar, ya que la radiación solar es la clave de la vida en la tierra.
Alimentos Nutritivos
Alimentos como cacao, aguacate, aceite de coco, maca, quinua, chía, açaí, chontaduro, borojó, vegetales verdes, jengibre, cúrcuma, ajo, limón, reishi, arándanos y aceite de oliva, así como pescados como caballas, sardinas y salmonetes, son ejemplos de fuentes de energía biológica no contaminante.
La nutrición es un arte mayor, un arco iris condensado en las moléculas para recrear el programa de la vida. Más que erudición en nutrición, la invitación es a saborear y disfrutar la vida.
Nutrirnos interiormente con la luz del sol y la energía de todos los nutrientes nos llevará a una cosecha de felicidad, disfrutar de uno mismo y de todo lo que nos rodea.
Dr. Jorge Carvajal