En el mundo actual, muchas enfermedades degenerativas están relacionadas con la pérdida de electrones y la acidificación del cuerpo.
Esta pérdida de electrones se traduce en una disminución de energía, afectando negativamente a las mitocondrias, que son esenciales para funciones vitales como el pensamiento, el funcionamiento del corazón, los riñones y los músculos.
Cada célula de nuestro cuerpo puede contener cientos de mitocondrias, responsables de producir y almacenar la energía necesaria para mantenernos vivos y activos. La alimentación juega un papel crucial en este proceso, ya que comemos, en última instancia, para producir electrones. Cuando perdemos estos electrones, nuestro cuerpo se debilita y es más susceptible a las enfermedades.
¿Cómo podemos aumentar la cantidad de electrones en nuestro cuerpo?
Una de las estrategias más efectivas es alcalinizar nuestra dieta. Esto significa consumir más vegetales y evitar el exceso de proteínas animales, carbohidratos refinados y azúcares.
Estos últimos promueven procesos oxidativos que contribuyen a la degeneración celular y la muerte de las mitocondrias.
Consejos para una dieta alcalina y saludable:
- Aumenta el consumo de vegetales: Los vegetales son naturalmente alcalinos y ayudan a neutralizar la acidez en el cuerpo.
- Opta por fuentes naturales de carbohidratos y grasas: Prefiere los carbohidratos no refinados y las grasas de alta calidad, evitando las grasas trans. Una buena proporción de ácidos grasos omega-3 y omega-6 es esencial para evitar inflamaciones y estrés oxidativo.
- Consume proteínas animales con moderación: No más de 100 gramos al día es una buena medida para mantener un equilibrio saludable.
- Bebe agua de calidad: Nuestro cuerpo es en su mayoría agua, por lo que consumir agua pura y estructurada es crucial para mantener la salud. Lo ideal es beber al menos dos litros al día, ajustando según el clima y la actividad física.
- Reduce el consumo de fructosa y glucosa: El exceso de estas puede desencadenar un metabolismo oxidativo en las mitocondrias, acelerando el envejecimiento celular.
La importancia de elegir alimentos de calidad
Hoy en día, muchos alimentos están contaminados o han sido producidos en condiciones que disminuyen su calidad nutricional. Por ejemplo, los peces pueden estar contaminados con mercurio y la carne o los huevos pueden variar enormemente en calidad dependiendo de cómo fueron criados los animales. Por eso, es fundamental optar por alimentos orgánicos y de origen natural, aunque sean más costosos. A largo plazo, una dieta de calidad es más barata en términos de salud y bienestar.
El impacto ambiental de nuestras elecciones alimentarias
Además de los beneficios para nuestra salud, una dieta más natural y orgánica también contribuye a la salud del planeta. La producción agrícola y ganadera actual está altamente influenciada por la demanda de los consumidores.
Si cambiamos nuestros hábitos alimentarios hacia opciones más sostenibles, podemos reducir significativamente nuestro impacto ambiental, ayudando a combatir el efecto invernadero.
Estrategias adicionales para mejorar la salud:
- Ayuno intermitente: Practicar el ayuno intermitente, donde se evitan los alimentos calóricos durante 14 a 16 horas al día, puede ayudar a regular el metabolismo y promover la cetosis, un estado en el que el cuerpo quema grasa como fuente de energía.
- Estado de ánimo y masticación: Comer despacio, masticar bien y disfrutar de los alimentos puede mejorar la digestión y reducir el estrés, lo que a su vez disminuye la resistencia a la insulina y otros problemas metabólicos.
- Micro pausas durante el día: Incorporar breves momentos de respiración consciente y relajación a lo largo del día puede mejorar la coherencia cardíaca, reducir el estrés y apoyar la regeneración celular.
- Higiene del Sueño: Dormir bien es esencial para la regeneración celular y la salud general. El sueño profundo ayuda a sincronizar nuestro ritmo interno con el de la Tierra, promoviendo la curación y el bienestar.
Una alimentación alcalina, el cuidado en la elección de nuestros alimentos y la incorporación de hábitos saludables como el ayuno intermitente, las micro pausas y una buena higiene del sueño, son claves para mantenernos sanos y enérgicos.
No solo estaremos mejorando nuestra salud, sino también contribuyendo a la salud del planeta.
Dr. Jorge Carvajal y Dr. Juan José Lopera