Los pulsos ordenantes. Herramientas de la Sintergética
Los pulsos son importantes. Nosotros dialogamos continuamente con el paciente a través de los pulsos, que es la señal autonómica de los vasos sanguíneos y que actúa como “detector de mentiras”, porque si tomamos la mano del paciente podemos detectar cómo “resuena” o cambia su pulso ante cualquier elemento que sea significativo para el paciente. Esto es verificable y se puede aprender.
Existen muchas herramientas específicas dentro de la Sintergética, como la aurículo medicina, entendido como somatotopias periféricas, porque se accede a todo el cuerpo.
La somatotopía cerebral incluye todo lo que es la neurosintergia y los focos de Hamer, que se dan específicamente en el mundo de los tumores y cánceres. En el cáncer se hace toda la terapia, se irradia, pero si no se soluciona el conflicto de fondo, probablemente el paciente va a recidivar en un tiempo más.
Ese conflicto no sólo está en el mundo emocional, sino que está en el sistema nervioso central, en los focos de Hamer, lo que ha originado un mapeo y toda una nueva fisiología y neuroanatomía distinta a la tradicional. Existen focos de autoridad, de pérdida del sentido de la vida, de violencia, de duelo, etc., que están bastante tipificados y se puede trabajar a esos niveles. También se puede trabajar con los resonadores arquetípicos mórficos (R.A.M.), filtros, láser, electromagnetismo, cromoterapia, etc.
Resonadores arquetípicos mórficos (R.A.M.)
Los resonadores arquetípicos mórficos son una creación de la Sintergética, fruto de décadas de investigación, que se basa en las teorías de los campos mórficos, los biocircuitos y la biorresonancia. Tienen por objetivo darle al paciente el máximo de opciones para que él mismo comience a recuperar su capacidad sanadora, para lo cual debe integrarse, alinearse, despejar sus cortocircuitos, ordenar los chakras desordenados y arreglar la información que está en disturbio.
Esto se puede hacer a través del sistema, que tiene bases científicas, de los resonadores arquetípicos mórficos, que ayudan a la persona a reordenar sus desequilibrios y a recuperarse de los impactos que le han causado distintos eventos a nivel mental, emocional y físico.
El uso de los filtros e imanes
Los filtros se utilizan para evaluar si la problemática del paciente está relacionada con un mediador determinado. Esto se investiga a través de su empleo pasándose por el cuerpo del paciente, a lo que se asocia la medición constante del pulso, que refleja dónde radica el trastorno.
El láser blando (soft láser) es otra herramienta de trabajo. La emisión de fotones y la reparación del ADN se trabaja fundamentalmente con láser.
Los imanes pueden ser muy útiles. El ser humano es un imán, con el norte en la cabeza y el sur en los pies, aunque a veces se invierte este orden; por eso, en algunas ocasiones sólo basta un imán para corregir una podálica en una mujer embarazada, que probablemente tiene el norte abajo, mientras que el feto lo tiene en su centro cefálico, rechazándose norte con norte, reordenándose el campo electromagnético de la madre y logrando que el recién nacido descienda con facilidad por el canal del parto. Este es un ejemplo, pero se puede extender a cualquier patología. Es importante, para este efecto, conocer las polaridades y los puntos cardinales a nivel corporal.
La cromoterapia, la geometría sagrada, son otros elementos que pueden utilizarse en conjunto con filtros, imanes y láser según las necesidades de cada paciente, porque ningún paciente es igual a otro.
Si se dirige la información con pureza de móvil, con intención de servicio y de ayuda, la capacidad potenciadora se elevará a la infinitesimal.
Lograr la sonrisa en el ser humano es nuestro objetivo, nuestra alegría, nuestro sentido.
Dr. Claudio Méndez