El empleo terapéutico de las manos es muy antiguo y universal, siendo usado por todas las culturas y en todas las épocas.
Las manos expresan nuestro pensar y nuestro sentir y se cargan con nuestra intención. Detrás de los gestos y posturas manuales siempre hay una intención, un propósito aunque este sea inconsciente.
Manos para sanar emplea el propio flujo subyacente de energía derivado de nuestro equilibrio físico-emocional y mental. Es una terapia no invasiva, segura. El tiempo de aplicación de las técnicas de movilización de la energía a través de las manos es corto y sus efectos pueden ser tan duraderos como lo es la especificidad de la misma terapia.
Manos para sanar es un paradigma de la información. Por ello, lo que más interesa es cómo la información se convierte en energía, cómo nuestros pensamientos y nuestras emociones y sentimientos se convierten en nuestra fisiología, cómo esa información afecta la red mente-cuerpo. Desde la información, la idea, el pensamiento, se puede movilizar la energía a través de las manos, lo que desencadena una cascada de eventos fisiológicos y metabólicos que se inscriben en el cuerpo.
A través de las manos se puede reconocer un desequilibrio energético, para arreglarlo antes de que se convierta en un desequilibrio físico, siendo una vía de doble dirección: tratar un desequilibrio físico ya instalado tendrá una repercusión sobre el equilibrio energético.
La visión que tenemos de la enfermedad supone, por una parte, una estrategia que tiene el cuerpo de buscar y restaurar el equilibrio perdido y, por la otra, un aprendizaje vital, un camino para retornar a la senda de la Salud, un regreso hacia uno mismo, hacia la paz interior, desde la escucha profunda de nuestros sentimientos.
No sólo enfermamos cuando enferma el cuerpo físico, también cuando adolecemos de desamor, de separatividad, de victimismo, de juicios, de la ausencia de perdón, de falta de sentido en la vida, del miedo al cambio.
Manos para sanar es una educación para la salud. No tanto para combatir la enfermedad sino para crear salud, y tomar conciencia de que nuestros pensamientos influyen de forma importante en nuestra biología, que nuestras emociones esculpen nuestro cuerpo, que podemos darnos cuenta y cambiar nuestros hábitos y hacerlos más armónicos y menos tóxicos.
La propuesta desde Manos para sanar es conectar conscientemente las manos al corazón y a la cabeza, para cargarlas de un sentimiento de amor incondicional en el proceso de ser co-creadores y gestores de nuestra salud.
Dr. Jorge Iván Arango