La mayor parte de las empresas no informan sobre la presencia de bisfenol A en las latas de comida.
El bisfenol A es una sustancia contaminante que centenares de estudios científicos asocian a problemas de salud y que todos los occidentales tenemos ya en nuestros cuerpos. Hasta hoy solo Francia ha decidido prohibir esta sustancia en los materiales, como son las latas en contacto con alimentos. Por ello, ante la dejadez de las autoridades españolas, que no han adoptado medidas, y para propiciar que los ciudadanos pudieran al menos estar informados de qué latas contienen o no esta sustancia, la campaña Hogar sin tóxicos de la Fundación Vivo Sano ha realizado una encuesta entre 101 empresas del sector alimentario en España.
Lamentablemente, más del 70% de las empresas encuestadas (que fabrican o venden conservas en España) no dieron información alguna sobre la presencia de bisfenol A en sus latas y envases. Ello evidencia una gran falta de transparencia en la industria en lo que respecta a la seguridad alimentaria y a la información al consumidor. Sólo 28 empresas aportaron información. De ellas, 10 manifestaron expresamente que el uso del bisfenol A es “seguro para la salud” y/o no dijeron haber tomado o estudiado tomar medida alguna para sustituirlo. Son empresas que se amparan cómodamente en que el uso de esta sustancia aún no esté prohibido en España, pero que no prestan atención al clamor de la comunidad científica que asocia los efectos de alteraciones hormonales que puede causar esta sustancia, aun a niveles bajísimos de concentración. En especial en sectores de población más vulnerables como las mujeres embarazadas.
El dato más positivo de la encuesta realizada es que hay siete empresas que declararon explícitamente haber retirado ya esta sustancia tóxica de todas sus latas y envases o que iban a hacerlo en 2015. Cinco de las empresas encuestadas declararon explícitamente haber retirado ya esta sustancia tóxica de todas sus latas y envases en el momento en el que se realizó la encuesta; otras ocho lo había sustituido en mayor o menor proporción o están en proceso de hacerlo (dos de ellas afirmaron que lo eliminarían a lo largo de este año); y cuatro empresas más estaban estudiando eliminarlo, sin mencionar un plazo concreto.
El hecho de que haya empresas que ya estén eliminando el bisfenol A en España es un dato muy positivo y deja en evidencia la inacción de la Administración, al mostrar que algunas empresas van por delante de ella y ya están trabajando para eliminar el bisfenol A de sus latas y envases de comida.
En cualquier caso es muy preocupante que, como ya se ha dicho, el 70% de las empresas no haya facilitado la información requerida. No sólo denota una mala comunicación con el público y un nivel de transparencia manifiestamente mejorable, sino que además pasa por alto el derecho de los consumidores a ser informados sobre los productos que consumen, y más aún cuando se trata de un asunto que preocupa, como es la seguridad alimentaria. Es absolutamente improcedente que no se disponga en general de la más mínima información acerca de qué latas o envases alimentarios pueden contener bisfenol A.
El bisfenol A (BPA por sus siglas en inglés) ha sido relacionado con diferentes problemas de salud, como alteraciones en el sistema reproductor, alteraciones sobre el cerebro y el comportamiento, alteraciones en el sistema inmunológico, etc.
El investigador Nicolás Olea de la Universidad de Granada, que estuvo presente en la presentación de los resultados de la encuesta, subrayó que “todos tenemos bisfenol A en nuestro cuerpo y nos llega sobre todo a través de la alimentación, porque este compuesto tóxico pasa de las latas a los alimentos y los contamina. Puede ser perjudicial incluso a concentraciones tan bajas que es prácticamente imposible establecer un nivel seguro de exposición. Las mujeres y los bebés están muy expuestos, porque el bisfenol A pasa a la leche materna; pero es que también atraviesa la barrera placentaria, por lo que la población hoy en día ya nace contaminada por este tóxico. Por lo tanto, nadie está exento de riesgo y lo único que se puede hacer es prohibir totalmente el bisfenol A en envases de comida y bebida”.
El bisfenol A ha sido asociado a incrementos de riesgo de padecer obesidad, abortos involuntarios, partos prematuros, disminución de la fertilidad, alteraciones tiroideas, alteraciones del sistema inmunológico, cáncer de mama o de próstata, etc. En vista de la creciente evidencia científica disponible, ya se ha comenzado a restringir su uso en distintos países. En la Unión Europea se ha eliminado de los biberones, y Francia ha dictado una ley que lo prohíbe en todo tipo de envases en contacto con alimentos. Sin embargo, en España no existe ninguna legislación al respecto.
En 2013, la campaña Hogar sin Tóxicos hizo llegar al Gobierno español y a las fuerzas políticas una petición formal para que se prohibiese urgentemente esta sustancia en envases alimentarios. A consecuencia de ello, se han presentado varias proposiciones no de Ley y otras iniciativas parlamentarias, pero el asunto aún no ha sido debatido en Comisión ni se ha adoptado ninguna medida satisfactoria.
Desde la campaña Hogar sin Tóxicos, con motivo de la presentación de los resultados de la encuesta, se hizo notar que “El Gobierno tiene que velar por la salud de los ciudadanos. Una parte del sector ya se está moviendo hacia la eliminación del bisfenol A y la administración debe regular este proceso y establecer garantías de que las nuevas sustancias que se empleen en su lugar son seguras para la salud”.
ZONA ROJA Y ZONA VERDE
El informe de la Fundación Vivo Sano y Hogar sin tóxicos se basa únicamente en las declaraciones voluntarias de las empresas, por lo que su objetivo no es ser una guía de compra para el consumidor, sino más bien hacer un dibujo de la situación a la que se enfrentan, conscientes o no, los ciudadanos. Para ello, las 101 empresas encuestadas han sido situadas, en función de sus respuestas, en tres zonas: roja, amarilla y verde.
La zona roja engloba a las empresas que no aportaron información, o bien que defienden la seguridad del bisfenol A, o que se escudan en que la ley no prohíbe esta sustancia; en esta zona hay un total de 83 empresas. La zona verde incluye a las empresas que afirman no utilizar BPA, estar en proceso avanzado de sustitución o al menos estar estudiando el asunto: 15 empresas. Hay también una zona amarilla, donde se ha incluido una empresa cuya respuesta no clarifica suficientemente su postura sobre el BPA.
Desde la campaña Hogar sin tóxicos se espera que este informe sirva para despertar conciencias. Para que los ciudadanos empiecen a moverse y exijan que se respete su derecho a ser informados; para que las empresas sean conscientes de que existe una preocupación sobre la seguridad alimentaria y actúen en consecuencia; y para que el Gobierno tome las riendas en este asunto y regule todo lo referente al bisfenol A. Francia ya ha prohibido por ley el bisfenol A en envases alimentarios y la Fundación Vivo Sano, a través de Hogar sin tóxicos, insta al Gobierno español a seguir su ejemplo.
Mientras tanto, la Fundación Vivo Sano y Hogar sin tóxicos han vuelto a reclamar a las autoridades distintas medidas encaminadas a proteger la seguridad alimentaria de los consumidores, como sancionar a las empresas que se resistan a facilitar este tipo de información cuando se les solicite, así como obligar a las empresas a etiquetar sus productos informando de la presencia o no de bisfenol A y, en caso de haber sido sustituido, sobre las sustancias alternativas elegidas.
Fuente: Revista Vivo Sano