[et_pb_section][et_pb_row][et_pb_column type=”1_4″][et_pb_sidebar admin_label=”Barra lateral” orientation=”left” area=”et_pb_widget_area_11″ background_layout=”light” remove_border=”off”] [/et_pb_sidebar][/et_pb_column][et_pb_column type=”3_4″][et_pb_text admin_label=”Texto” background_layout=”light” text_orientation=”left” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”]
Tiempo para inspirar de nuevo e inspirarse para enriquecer cada acto…
Que el Espíritu habite en nosotros y que la humildad y la inocencia del Niño florezcan para que la bruma del ego se diluya.
Que la generosa renuncia a lo no esencial, dé paso al maravilloso ser que debe renacer desde el silencio y la escucha suprema, para que la duda sea reemplazada por la Fe y la fianza interior.
Que surja la Conciencia y que la ilusión sea desplazada por la volición – el arte de elegir- para que hollemos el sendero correcto que nos permita comprender que llegamos y nos retiramos sin pertenencias.
Que el invierno sea apenas el anuncio de la primavera para que podamos vaciarnos del pasado y recuperar la liviandad.
Que el despertar de la Conciencia Superior permita que el verbo amar se conjugue siempre en presente.
Que la pausa nos conduzca a escuchar la voz del Universo que nos dice al oído que es tiempo de recordar nuestro propósito y nuestra misión.
Que el corazón cante en agradecimiento por cada respiro y nos recuerde el compromiso solemne de ser portadores de alegría sin límites.
Que al mirar al horizonte el brillo eterno ilumine el camino para que podamos comprender que aquello que tanto anhelamos ya viene hacia nosotros.
Que la sonrisa del Niño que ahora despierta, sea la invitación del día a día para encontrar la música de la existencia.
Que ese Espíritu de la Navidad retire la más mínima expresión de culpa y que la aprobación por nosotros y por los otros sea el mejor reflejo de la paz interior.
Que la semilla de la tolerancia germine y que encuentre su eco en el aprecio y respeto por las visiones ajenas.
Que las fuerzas, las facultades y los talentos latentes cobren vida para que hagamos grandes las pequeñas cosas y podamos despojarnos de las exigencias.
Alejandro Posada Beuth
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