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¿Qué relación hay entre materia y energía?
Einstein ya nos lo había formulado; pero ni siquiera esa ecuación einsteniana la hemos considerado en medicina, porque aparte algunas tecnologías como la resonancia nuclear magnética, nosotros nos comportamos como si el organismo fuera un mecanismo, un circuito cerrado y, como tal, consideramos a los organismos vivos a la luz de las leyes de la termodinámica clásica, que implican la irreversibilidad del desorden o entropía. En la interfase entre la materia y la energía, empezamos a descubrir que el organismo es mucho más que infraestructura molecular : los organismos son sistemas abiertos que intercambian materia, energía e información con el medio ambiente, y por esta sencilla razón no pueden ser considerados a la luz de leyes que sólo son válidas para los mecanismos o sistemas cerrados.
La física clásica exige que los electrones activados emitidos por los organismos viajen por el espacio a la velocidad de la luz, lo cual significa que la información transferida desde los organismos vivos tenga un carácter no local. Cuando conquistamos el paradigma energético, entramos en el universo de la no-localidad, de la ubicuidad; es decir literalmente somos ubicuitarios y por eso somos interdependientes; pero apenas estamos hablando de un código electromagnético, de electrones y fotones; no estamos hablando de ninguna otra energía sutil.
Un enfoque energético del organismo humano nos permite descubrir que la piel es un radar que refleja el estado neuronal y el de los órganos internos. Pero también es sensible a los campos electromagnéticos ambientales: los puntos de acupuntura tienen propiedades eléctricas bien definidas y los meridianos o canales de acupuntura son trayectos de menor resistencia eléctrica que establecen una interfase energética entre el cuerpo físico y el campo circundante, un campo electrodinámico conocido como campo L por Burr, pero con múltiples denominaciones en diferentes tiempos. El reconocimiento de este campo y sus propiedades puede explicarnos fenómenos como los cambios fisiológicos ligados a las tormentas solares, a las que toda la biosfera es exquisitamente sensible: así mismo el campo electrodinámico del organismo humano nos puede explicar la patología emergente por la polución electromagnética, asociada a crisis de pánico, depresiones y síndromes de fatiga crónica, así como enfermedades por inmunodeficiencia. La tecnología ha transformado vertiginosamente el medio en el que la vida se ha desarrollado, ligado a la intensidad y las oscilaciones del campo magnético terrestre. Es conocido que los campos artificiales pueden modificar los niveles de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, explicando la incidencia de campos electromagnéticos artificiales sobre el estado de ánimo, el sueño, el carácter y el comportamiento de los seres humanos.
Vivimos en un mar de energía, la misa célula está inmersa en un citoplasma que es un plasma energético activado, caracterizado por una determinada densidad de portadores de carga que se altera en la enfermedad. Las células se comportan como osciladoress eléctricos, con un patrón de vibraciones específico que les permite la comunicación directa con otras células por oscilaciones electromagnéticas y acústicas. Fritz Albert Popp, reconocido físico alemán ha descrito la comunicación intercelular a traves de flashes de fotones – biofotones- emitidos a ritmos específicos constantes, y por tanto con un valor de comunicación. Se ha calculado el rango de frecuencias para el ADN que se comporta como una antena helicoidal y las proteinas, entre diez a la nueve ciclos por segundo para el ADN, a diez a la doce ciclos por segundo para las estructuras proteicas de las membranas celulares.
Somos energía, nos movemos en un mar de energía, intercambiamos energía con el medio ambiente, esa energía en buena parte son radiaciones electromagnéticas, pero no terminan ahí; cuando hacemos biorresonancia y mediciones eléctricas, estamos asumiendo que la única energía del cuerpo son radiaciones u oscilaciones electromagnéticas; pero también tenemos oscilaciones acústicas, oscilaciones que transcurren no a la velocidad de la luz, sino a velocidad variable, tenemos una energía más sutil que es el orgón, el od, el prana, el qui, la energía de los antiguos que se mueve de una manera pulsatil, mucho más lenta, así como la respiración. Tenemos una gran banda pasante que va desde las muy bajas frecuencias, que se relacionan con la pulsación del campo electromagnético terrestre, hasta frecuencias de los trillones de hertz
Cuando hablamos de efectos piezoeléctricos, de efectos fotoeléctricos, de masajes, de acupuntura, de magneto terapia, de fototerapia, nos estamos refiriendo a esta realidad energética del hombre, que no termina en la piel, que no está dentro del ser, que establece una continuidad vibracional de este con todo aquello que lo rodea y establece una interdependencia aún en un plano físico o energético.
Conquistar este territorio, es conquistar el territorio del chi o del qui, es conquistar el territorio de las artes marciales, de la genuina botánica, no entendida como componentes activos desde el punto de vista químico, sino como unidades vibracionales, como portadores de una energía cósmica, vital; de una nueva dietética, no basada en las calorías o en las proteínas, sino en la energía y la información de los nutrientes. Cuando hablamos de esto, nos referimos también a las antiguas técnicas que modulan la energía a través del movimiento; incuimos la ciencia de la respiración, que es la clave de la maestría en los movimientos; pero estamos hablando también de la moxibustión, de la acupuntura, de todas las técnicas de la medicina china y descubriendo entonces, que buena parte de la propuesta de las medicinas orientales, es la conquista de la interfase energética.
La realidad de la energía biológica. El ejemplo del punto de acupuntura y sus implicaciones
Hablamos de una medicina energética cuando nos referimos a la medicina tradicional china; pero si rescatamos el lenguaje de nuestra medicina tradicional americana, vamos a encontrar esos mismos embriones de una medicina concebida desde el punto de vista del campo energético y no desde el campo de la materia.
Es posible aí desde la sintergética concebir una integración de medicina de la materia, con una medicina de la energía; de integrar el cuerpo y la energía y encontrar que todos los meridianos de acupuntura, son una interfase eléctrica, que produce un campo magnético alrededor del cuerpo y permite la traducción entre el nivel energético sutil y el nivel material que es un poco más denso. El flujo de la energía a través de los meridianos de acupuntura, es un flujo de corriente directa, que está relacionado con la glía a nivel del sistema nervioso central, con el cerebro, con una batería que tenemos adentro, con semiconductores biológicos, específicamente con la colágena y con las grandes macromoléculas biológicas.
En los organismos vivos, como en el universo, nada está separado. La conectividad es su hilo conductor. La materia vehicula la energía; la energía se vehicula direccionalmente a través de un sistema de trayectos definidos de menor resistencia ,eléctrica ; los puntos de cruce de los vectores energéticos, originan vórtices de energía o centros denominados chakras por los antiguos médicos ayurvédicos, que a su vez están relacionados con una radiación cósmica, que llamamos la dinámica de los siete rayos, e influyen sobre todo el sistema glandular y torrente sanguíneo.
Vislumbramos, así, campos energéticos densos, que pueden ser estudiados desde el punto de vista de la ciencia convencional. El estudio del campo magnético y la resistencia eléctrica del punto de acupuntura, por ejemplo, permite constatar que éste se comporta como un diodo, que le da una direccionalidad a la corriente, que el punto emite energía y tiene un campo electromagnético que le es propio. Sí penetráramos en el interior del punto, encontraríamos un complejo sistema compuesto por una retícula de colágena en la que subyace una glándula sudorípara, la cual tiene una arteria, una vena, una terminal del sistema nervioso cerebroespinal, una terminal del sistema nervioso vegetativo y además está produciendo neurotransmisores y neuropéptidos como Sustancia P, bradikinina y especialmente serotonina. Todo ello implica que el punto de acupuntura es un punto electrodérmico activo con una realidad energética. histológica, anatómica, bioquímica, pues es productor de neurotransmisores y neuropéptidos. El punto de acupuntura, que además hace parte de un sistema arquetípico para disipar el calor del organismo- pulsa como un corazón; es decir se expande y se dilata o se contrae con relación a coordenadas ambientales. Es en síntesis un micro cerebro periférico, con su propio pequeño magneto-encefalograma específico para cada punto. Las líneas del campo magnético emitido por el punto, se comportan como portadores de información (Forones).
Una interfase de conectividad eléctrica
Tenemos un campo de materia en cuyo seno encontramos un campo eléctrico, alrededor del cual se produce un campo magnético que, a su vez, es portador de informaciones biológicas a través de sus líneas de campo.
Si analizamos la interfase eléctrica nos encontramos múltiples transductores de corriente , tanto alterna, como directa:
Corriente directa Determinada por una interfase eléctrica que se exterioriza en la red acupuntural- cada meridiano es un conductor de corriente eléctrica directa, amplificada en cada punto de acupuntura. Pero los meridianos tienen su representación a nivel de los tejidos profundos, incluído el periostio.
Si analizamos estas corriente directas en los distintos tejidos nos encontramos evidencia de su presencia:
1-Conectando la glía al perineuro y al sincitio de las células de Schwann, para formar un primitivo sistema de auto-reconocimiento eléctrico y reparación después de injuria tisular.
2- conectando toda la red vascular a través de un sistema de circuitos eléctricos cerrados descrito por Nordenström está en todos los vasos sanguíneos.
3-conectando toda la red de colágena y macromoléculas biológicas que se comportan como cristales que exhiben un efecto piezoeléctrico.
- A nivel del eje sagital fronto-occipital, estableciendo un sistema analógico de procesamiento de información, cuyo operador es la célula glial central ( la glía constituye el noventa por ciento de la población celular del cerebro).
Estas corrientes eléctricas generan campos cuyas líneas codifican y transportan una información con sentido para el organismo. Esta información podemos asimilarla a la consciencia del sistema. Podemos así, integrar campos de materia, energía, información y conciencia para concebirlos en el seno del campo energético de la vida, como un solo campo unificado. Comprendemos en esta dimensión que estímulos tan disímiles como los producidos por una aguja, un masaje, un color, un sonido, un campo electromagnético, o hasta un consejo, puedan tener efectos terapéuticos muchas veces similares.
El espectro terapéutico de la Sintergética
La práctica de la Sintergética propone el ejercicio de una medicina que, respetando todas las culturas, sea transcultural; una medicina que tome lo mejor de los campos de la materia en la medicina occidental, los campos de la energía en la medicina china; los campos de la información en el enfoque sistémico y los campos de la conciencia, la ciencia de la vida en el ayurveda. Para acceder a la nota clave de nuestra cultura que es la síntesis y a través de ella rescatar para nuestra medicina su humanidad.
Conciencia, información, energía y materia, no van a ser manejadas esquizofrénicamente como cosas separadas. Hay tanta conciencia en la materia como inteligencia de la materia ascendida en la conciencia; es decir la materia es conciencia congelada – ya no energía congelada – y la conciencia es materia sublimada.
En esta dimensión de interconvertibilidad y equivalencias materia –energía información-consciencia hasta el pensamiento es material, y tiene una forma, alcance, dirección, tiene un propósito; una imagen mental tiene un efecto terapéutico. La imagen que tenemos de nosotros mismos es por ejemplo uno de los más preciosos indicadores de nuestra salud.
EL ENFOQUE ENERGÉTICO DESDE LA SINTERGÉTICA
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