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CARTA A LOS REYES MAGOS
Queridos Reyes Magos:
Lo primero que quiero pediros es perdón. Desde que me enteré que los padres os ayudaban en vuestro trabajo comprando a sus hijos todos esos regalos materiales que año tras año os pedimos no os había vuelto a escribir. La mirada de mi hija cuando os está escribiendo la carta me recordó que vosotros trabajáis con cosas más importantes como la ilusión, la fe, la esperanza, la imaginación… y no le prestáis tanta atención a las cosas que se pueden comprar con dinero. Para eso están los padres. Así que si podéis, este año, dejadme un poco de perdón para que me lo pueda administrar y usarlo no solamente para reconciliarme con vosotros, sino también conmigo mismo y no se me olvide que estoy aquí para aprender de mis errores.
Lo siguiente que os quiero pedir es capacidad de escucha. Concededme la capacidad de escuchar a l@s otr@s sin juzgarles, sin criticarles. Concededme la capacidad de escuchar desde el corazón para que las palabras que oigo resuenen en su interior y se desprendan de los significados superficiales que pueden envenenar mi entendimiento y se quede sólo el significado profundo que pueda alimentar a mi alma. Concededme la capacidad de escuchar a mi alma para no confundirme dentro del parloteo incesante de todos mis personajes que quieren tener la razón. Concededme la capacidad de escuchar a mis personajes para que pueda responder a su necesidad y me ayuden a comprender a mis semejantes sin criticarlos ni juzgarlos.
Lo último que quiero pediros es paciencia. Paciencia como ciencia de la paz. No la paz de los cementerios que muchas veces utilizamos para eludir los conflictos sino la paz del alma que me permita afrontarlos todos, no con deseo de tener razón o de cumplir venganza, sino con la ardiente aspiración de aprender y conseguir justicia.
Sé que todo el mundo os pide y no sólo cosas materiales (por suerte, para esto contáis con la ayuda de las madres y los padres, l@s abuel@s, los ti@s, l@s amig@s…) también os piden cosas más importantes como que haya paz en el mundo. Os piden, y no os ofrecen nada a cambio.
Yo creo que no se puede pedir, si no se está dispuesto a dar. Y no se puede pedir con condiciones como si estuviésemos mendigando. Yo os quiero pedir perdón, escucha y paciencia para ofreceros mi compromiso en cumplir mi parte en que haya paz en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad…y vosotros os podáis seguir encargando de las cosas importantes: ilusión, fe, esperanza, imaginación…
Sé que en estas fechas tenéis mucho trabajo así que no os quiero entretener más. Prometo escribiros a partir de ahora todos los años, espero que podáis comprender mi enfado durante este tiempo. Estoy seguro que sí porque para eso sois Magos.
Con amor:
Un niño encerrado en un cuerpo de adulto.
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