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Bases teóricas de la acción terapéutica de los filtros en sintergética

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Según su estructura molecular y sus propiedades energéticas  todas las sustancias emiten, reciben y dejan pasar la información del espectro electromagnético. En este sentido todas actúan como antenas de emisión y recepción de información electromagnética. Y esta a su vez puede ser la onda portador para informaciones más sutiles. Es la onda ondeante, ondas de ondas que actúan como ondas portadoras y portadas.

Esta es la base de lo que llamamos filtros en sintergética, que no sólo filtran la información dejando pasar una parte del espectro, sino que, según  su  tipo,  pueden son receptores, amplificadores, procesadores y emisores activos de la información procedente del organismo.

El mecanismo de acción de estos filtros es un intercambio activo de información con las señales emitidas por el organismo, que está compuesto por una gran variedad de filtros que permiten el manejo selectivo del espectro informacional correspondiente a cada órgano y sistema. La combinación armónica de estas emisiones integradas en el campo bioplásmico, conforma esa especie de pantalla holográfica que da información de cada parte en la totalidad. Esta pantalla se comporta como un emisor y receptor global que permite el intercambio de informaciones entre el organismo y su entorno. Es esa membrana funcional la que permite el proceso de intercambio de señales que explica el potencial terapéutico de la  información contenida en un filtro.

Todo en el organismo puede ser visto desde la dinámica de filtros: La membrana glomerular es un filtro, las válvulas hacen las veces de filtros que determinan direcciones de flujo. El ojo y los  órganos de los sentidos son filtros que seleccionan distintas frecuencias. El cerebro analiza en regiones corticales más o menos especializadas distintos patrones de frecuencia eléctrica procedente de los órganos de los sentidos y las cortezas receptoras primarias. .

En el organismo humano tenemos sistemas de filtraje de las señales biológicas que abarcan todos los sistemas de conducción de señales descritos por la sintergética, como el sistema nervioso, la matrix celular, los semiconductores y superconductores biológicos y el campo bioplásmico. Todos los procesos  de  intercambio de información y energía ocurren en torno a interfaces dinámicas y semipermeables que actúan como filtros activos o pasivos. Las más importantes son las membranas celulares, pero globalmente podemos también considerar las fascias y  La piel como filtros complejos  que emiten y reciben información y la integran a los grandes sistemas orgánicos.

Además de estas membranas, que actúan como interfaces, o lugares de  transición de fase en las que la información sufre un cambio cualitativo, tenemos un pasma electrónico activado que constituye las células y lo interconecta do proyectándose más allá de la piel. Así se  conforma una especie de membrana ubicuitaria que actúa como un plasma que interconecta holográficamente todos los órganos y sistemas. Este procesador ubicuitario de la información biológica, es sensible a estímulos sutiles como la luz, el color, el sonido, las emociones,  el pensamiento- que a fin de cuentas también induce cambios electromagnéticos sutiles en la población neuronal –

Toda la química actúa como una interface de esta información que se va depurando y filtrando a través de tejidos,  órganos y  sistemas. La sinapsis son también especies de filtros para la información selectiva de ciertos neurotransmisores que se liberan a su nivel.

Finalmente  todas las informaciones orgánicas  se codifican en   pulsos eléctricos  de distintas frecuencias que son la forma  como los sistemas vivos codifican la información, la transportan, y la  procesan para generar respuestas adaptativas.

  1. Hoy sabemos por las investigaciones más recientes, que es posible analizar aún los pulsos que corresponden selectivamente al pensamiento simple y transferirlos a distancia directamente, de cerebro a cerebro sin ningún elemento químico intermediario.  – Ver Giulio Ruffino TED x – Este sueño de la transferencia de información de cerebro a cerebro es el de la telepatía,  que ahora  la neurología moderna ha revelado como posible.

Durante tres décadas en sintergética  hemos  llevado a la práctica la transferencia directa de patrones de información y pulsos electromagnéticos de débil intensidad, cuyos efectos nos han demostrado repetidamente que es posible obtener una respuesta directa del organismo sin necesidad de la compleja intermediación de medicamentos. A fin de cuentas los compuestos de acción terapéutica están ligados a una cadena de receptores, cuyo efecto final estará constituido por pulsos eléctricos selectivos.   Hoy sabemos bien que las comunicaciones electromagnéticas son un código de comunicación celular más importante que el representado por la transferencia de información molecular.

En sintergética los filtros son elaborados de tal modo que  su continente físico y su composición selectiva entren  en resonancia con los receptores y emisores de información biológica.  Podemos asimilarlos a emisores de un complejo de ondas portadoras y portadas, una onda ondeante, que actúa en una banda determinada del espectro electromagnético del organismo.

La práctica de la sintergética retomó las aplicaciones diagnósticas de la teoría de los filtros postulada por el Dr. Paul Nogier en la Auriculomedicina durante la década de los setenta en el pasado siglo,  y la desarrolló hasta comprobar que con el uso apropiado los filtros también tienen un enorme potencial terapéutico, pues no sólo resuenan con la información biológica sino que desencadenan respuestas energéticas que inciden sobre las interacciones químicas a nivel de los sistemas orgánicos.

Se pueden emplear filtros elementales como oligoelementos, o combinaciones más complejas como muestras de alimentos. Con este enfoque se puede tener una idea del tipo de interacción de sustancias individuales y sus mezclas con el organismo, lo cual incluye índice de reclamos y o rechazos, de importancia en el diagnóstico de intolerancias, toxicidad, alergias, o potencial efecto benéfico.

Después de los primeros años de práctica con este tipo de aproximación nos fuimos encontrando la sensibilidad del organismo a informaciones más complejas, siempre y cuando tuvieran un significado biológico. Esto nos llevó a una sistematización progresiva de la información diagnóstica y terapéutica contenida en los filtros empleados en sintergética, los sistemas RAM que, como bien sabemos, son resonadores que amplifican la información por un sistema de reflexión de imágenes.

El nuevo enfoque consistió en mimetizar cascadas fisiológicas y ejes funcionales complejos, como por ejemplo el eje Hipotálamo GNRH – Hipófisis – FSH – Ovarios – Estrógenos.  Este tipo de aproximación nueva implicó inicialmente la superposición de filtros relacionados con sistemas funcionales específicos como el sistema inmunológico o endocrino.  A la superposición de filtros se sucedió la incorporación de las sustancias portadoras de la información en un solo filtro, hasta el punto de que una función tan compleja como la de la analgesia y la cascada de inflamación, que normalmente requería el manejo de una veintena de filtros, pudo reducirse a un solo filtro.  Pronto fuimos sorprendidos ante la enorme capacidad del organismo para procesar informaciones tan complejas, que hoy podemos comprender cómo las informaciones aisladas que investigábamos siempre eran contextualizadas en sistemas mayores, como si cada información o paquete de información fuera interpretado como una pequeño componente de un sistema holográfico de gran densidad informacional.

Los hallazgos, las pruebas clínicas con informaciones diversas y especialmente sus resultados, nos permitieron con los años el desarrollo filtros de una cada vez mayor densidad informacional.  Esta aproximación condujo, tras años de exploración clínica, hacia una globalización y simplificación de los enfoques diagnósticos y terapéuticos en sintergética, que concluyeron en filtros que por sí solos representan complejos sistemas integrados, aún ubicados dentro del espectro de información molecular y o tisular.

Jorge Carvajal

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